Librería Cultura y el dragón de madera 🐉
Quedé maravillada, La librería Cultura estaba frente a mí: cuatro pisos
tapizados de libros, coronados por un
dragón de madera, que majestuoso sobrevuela sonriendo sobre aquel escenario.
Diferentes espacios de lectura acondicionados para sentarse a ojear un libro
como lo haría uno en la sala de la casa: sin afanes. Pero debo admitir que si
bien me llamó la atención casi hasta el rubor esa magnífica librería por su
tamaño, sus luces, su madera, sus curvas, lo que más me sorprendió fue encontrarla
llena de gente a las 7 de la noche de un domingo. En mi país, primero no hay
una librería que tenga las mismas desmesuradas y deliciosas proporciones, y
segundo un domingo a las 7 de la noche nadie pensaría en ir a una librería
entre otras cosas porque no están abiertas. Si, ya había caído por completo el
sol y la noche campeaba sobre las calles de São Paulo.
Al entrar sentimos, en contraste con el aire gélido del
exterior, una ola de calor que nos hizo temblar aún más, tanta era la gente que
estaba en ese momento curioseando. En
cada una de las muchas sillas dispuestas en los cuatro pisos, alguien estaba escudriñando
un libro. Los libros están al alcance de la mano libres y desnudos, listos para
ser tomados por cualquiera. Estaba en el paraíso de los libros pensé, un lugar
donde no solo están cómoda y bellamente dispuestos, sino sobre todo con
interesados y numerosos lectores. Nos
ubicamos un rato en un espacio que encontramos libre junto a una jovencita de
pelo azul muy corto con una novela
gráfica sobre el regazo, que hundida en la lectura, reía a ratos de manera
contagiosa. A su lado y junto al nuestro, tres muchachos discutían sobre un
libro de arquitectura de gran formato. Detrás, una mujer parecía querer memorizar unos versos que
leía y repetía de algún poeta cuyo nombre no alcanzamos a descubrir y una
parejita leía en voz baja, un libro grueso que bien podría ser una novela.
Nosotras a más de explorar aquellos lectores nocturnos, escogimos un par de
guías de viaje de Canadá, unos cd de
música de Hamilton de Holanda y el más
reciente libro de Mia Couto. Por unos momentos me deje llevar por la
ensoñación, imaginando mi libro en alguno de aquellos estantes, todo tibiecito
y asustado, pero abierto a la lectura. Sacudí la cabeza y como un mantra me
dije “algún día será”.
La librería Cultura fue fundada en 1947 por Eva
Herz en el Centro de São Paulo y actualmente se encuentra en 17 ciudades de
Brasil. El diseño arquitectónico de la librería fue realizado por el Estudio de
Arquitectura Studio MK27 y ha obtenido varios premios en Estados Unidos,
Alemania, Singapur y Reino Unido entre
otros. Supera con creces el concepto tradicional y se constituye en un espacio
para el encuentro que invita a las personas a quedarse. Una atmósfera vital e
incluso bulliciosa, que permite reconocer que la cultura está viva y que la
muerte del libro es todavía un hecho que tardará en suceder. O mejor: que no sucederá.
Actualmente La librería Cultura ofrece a más de un acerbo
impresionante de libros, un lugar para permanecer, conversar y compartir; ofrece
un espacio multimedia, que además cuenta con eventos culturales programados. Es
en definitiva un ícono de la ciudad.
En el primer piso se encuentra una cafetería en la que convergen
todos los visitantes cada uno con una bolsa llena de libros que se empiezan a
degustar junto con un buen café. Debemos admitir que en esta ocasión el papel
protagónico lo tenían los libros. No obstante la cafetería está bien surtida y
ofrece una amplia cantidad de alternativas en materia de café y comidas.
Imposible dejar de regocijarse con una ciudad como São Paulo,
incluyente, alegre, generosa y al parecer, llena de buenos lectores.
¡Namasté!
Rebeca Marsa.
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Dirección:
Av. Paulista, 2073 - Consolação, São Paulo - SP, 01311-300, Brasil
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